Con mucha pena hemos quitado el gran pino de nuestro jardín. No ha quedado más remedio, todavía no suponía un peligro inminente, pero los técnicos nos han aconsejado talarlo ahora para no correr ningún riesgo por la inclinación que tenía y porque estaba dañando el suelo de la entrada del colegio.
Hemos aprovechado estos días de descanso para poder hacerlo en condiciones óptimas de seguridad.
Como homenaje hemos dejado una pequeña parte, y así recordarlo siempre.
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